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El peeling es una herramienta frecuente en los gabinetes de estética. Se puede realizar en cualquier parte del cuerpo y para diversas afecciones cutáneas como marcas de acné, foto envejecimiento, manchas, estrías, cicatrices, hiperqueratosis, asperezas, etc.
¿Qué es el peeling?
Es un tratamiento que hace una exfoliación selectiva de la piel a mayor o menor profundidad. Existen diversos tipos, cada uno enfocado en un tratamiento y para lograr un resultado diferente.
Tipos de peeling
Existen diversos tipos de peelings, los que varían de intensidad según con que se los esté realizando.
Peeling químico
Es el peeling que se realiza mediante el empleo de cremas exfoliantes o de ácidos abrasivos capaces de quitar las capas superficiales de la piel para generar diversos cambios en los tejidos como eliminar manchas, flacidez, engrosamiento cutáneo, arrugas finas, etc.
Peeling ultrasónico
Es el peeling realizado con ultrasonidos con la finalidad de limpiar el cutis profundamente, desobstruir poros, eliminar comedones abiertos y cerrados, reducir imperfecciones y favorecer la penetración de los principios activos colocados.
Peeling mecánico
Es el peeling que se efectúa con cepillos, tornos, cristales, lija o piedra. Los aparatos de microdermoabrasión como es el caso de la punta de diamante, son un ejemplo de peeling mecánico.
Su objetivo es erosionar las capas superficiales de piel para favorecer la regeneración, minimizar arrugas y alteraciones, a la vez que fomenta la creación de nuevo colágeno. Da excelentes resultados en el suavizado de arrugas verticales como las código de barras y del ceño.
Peeling físico
Los peelings físicos se dividen en dos, los realizados por agentes naturales externos como el sol y el viento, y los efectuados por láser resurfing de CO2 y Erbium.
Tanto el láser de CO2 como el de Erbium sirven para mejorar el aspecto general de la piel, rejuvenecer el tejido, eliminar manchas, líneas de expresión, remover regiones lesionadas, estimular la producción de colágeno y elastina, entre otras tantas cosas.
Clasificación de los peelings según su intensidad
Peelings superficiales
Trabajan sobre nivel de la epidermis ejerciendo exfoliación suave y moderada.
Son los empleados para conseguir una limpieza facial, reducción de arrugas muy finitas, eliminación de manchas leves, controlar la secreción sebácea y para suavizar el cutis.
Comúnmente se emplean ácidos más suaves como el salicílico y glicólico, o los peelings enzimáticos. La microdermoabrasión con punta de diamante puede entrar en esta categoría.
No generan descamación visible ni enrojecimiento duradero, se puede usar con más frecuencia que los demás siendo factible una sesión cada 15 días.
Peelings medios
Actúan sobre la unión entre la epidermis y la dermis, y a nivel de la dermis superficial.
Se realizan con ácidos de mayor penetración, con el objetivo de combatir el foto envejecimiento, las lesiones acneicas, las manchas moderadas a intensas, las arrugas peri bucales, etc. El ácido mandélico o retinoico son algunos de los empleados en los peelings medios, así como el TCA (ácido tricloroacético), en concentraciones de entre el 20% y el 35%.
Generan una leve descamación de la piel y un mayor enrojecimiento que el superficial, pero no llega a alterar la vida cotidiana del paciente. La frecuencia de aplicación es de una sesión por mes o cada 6 semanas dependiendo del ácido empleado.
Peelings profundos
Actúan a nivel de la dermis media y profunda. Este tipo de peeling no se realiza en gabinete de estética ya que puede llegar al punteado sanguíneo.
Se los realiza con la finalidad de eliminar arrugas y surcos profundos, marcas severas, cicatrices o elementos precancerosos. Genera un importante enrojecimiento y descamación que dura muchos días, por lo que altera la vida diaria del paciente. Se recomienda una sesión, y puede repetirse recién a los dos meses.
El ácido más empleado en peeling profundos es el fenol, que aclara la piel intensamente y combate el envejecimiento severo. Es un ácido muy fuerte y su aplicación implica un periodo mínimo de recuperación de 2 semanas.
Beneficios del peeling
- Ofrece una excelente alternativa no quirúrgica para el envejecimiento cutáneo.
- Elimina manchas de diversa intensidad e índole.
- Suaviza arrugas intensas y elimina las más finas.
- Fomenta la regeneración del tejido ayudando a conseguir una piel más luminosa, tersa y elástica.
- Suaviza cicatrices y estrías.
- Remueve imperfecciones de la piel.
- Reduce poros dilatados.
- Da mayor firmeza al cutis.
- Homogeniza el tono de la piel.
- Rejuvenece el cutis.
Un peeling bien realizado puede ofrecer resultados increíbles, siendo la apariencia renovada de la piel el más inmediato.
Claro está que depende del tipo de peeling empleado y la intensidad del mismo es que se obtienen mejores resultados, por ejemplo:
Un peeling con ácido suave mejora la textura del cutis y equipara el tono, a la vez que suaviza líneas finas. Se deben realizar varias sesiones para conseguir efectos bastante notorios.
En cambio, un peeling de intensidad moderada ofrece mayores cambios visibles desde la primera sesión, pero también implica un alto riesgo de foto sensibilidad por al menos un mes.
Cabe destacar que los resultados de los peelings no son permanentes, ya que no detienen el paso del tiempo y el consecuente envejecimiento natural del ser humano. Paralelamente afecta el daño solar al que esté expuesta la piel, el que puede revertir las mejorías obtenidas y hacer que la piel vuelva a estar como al comienzo del tratamiento.
Riesgos de los peelings
A mayor intensidad del peeling realizado, mayor riesgo de presentar efectos secundarios.
- Eritema: el enrojecimiento va de leve a severo dependiendo del tipo de peeling realizado. Este puede durar unas horas o demorar semanas en desaparecer.
- Cambios en la coloración de la piel: las regiones tratadas pueden tornarse más claras o más oscuras que la piel que las rodea.
- Los peelings superficiales a medios pueden generar una hiperpigmentación, y los profundos una hipopigmentación.
- Aparición de costras o descamación: suelen aparecer después del eritema, y la duración de las mismas depende del tipo de peeling realizado.
- Edema: puede suceder que se produzca un leve edema alrededor de los ojos.
- Cicatrices: rara vez los peelings profundos pueden causar cicatrices (en la parte inferior del rostro).
- Alergias: muy rara vez, porque los ácidos no son compuestos alérgenos.
- Infecciones: los pacientes con historial de brotes de herpes son susceptibles a padecer brotes después de un peeling. También pueden darse infecciones por hongos o bacterias.
- Sensibilidad solar: las células nuevas de piel que se generan tras el peeling no poseen la pigmentación suficiente para protegerse del sol, por lo que son más sensibles por algún tiempo.
Contraindicaciones del peeling
- Embarazo y lactancia.
- Procesos infecciosos.
- Infección micótica.
- Alteraciones en la cicatrización (queloide o hipertrófica).
- Rosácea (solo peelings muy suaves).
- Tratamientos hormonales.
- Trastornos del sistema linfático.
- Medicamentos contra el acné (retinoides principalmente).
- Alergias cutáneas por contacto.
- Tratamiento con medicamentos fotosensibles.
- Enfermedades cardíacas, renales o hepáticas.
El peeling es una imprescindible herramienta de trabajo para tu gabinete, y por tanto es importante que cuentes con la capacitación necesaria para llevarlo a cabo con profesionalismo y exactitud.
Si recién empiezas en esta profesión, los peelings con ácidos y cremas exfoliantes te son de mucha utilidad, ya que para su realización necesitas materiales muy económicos en comparación con los que implican aparatología como es la punta de diamante o el láser CO2.
Existe un amplio abanico de posibilidades para tratar la piel de tus pacientes con peelings, ¡así que no dudes en contar con este servicio en tu gabinete!
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