Contenidos
A simple vista, las várices pueden verse como un problema estético; a medida que pasa el tiempo se convierten en un problema de salud cardiovascular. Sigue leyendo y aprende todo acerca de la prevención de várices.
No son un problema de salud grave si se diagnostican temprano y se sigue un tratamiento, además de realizar cambios en el ritmo de vida para evitar su aparición.
Las várices se presentan con mayor frecuencia en las mujeres, especialmente durante la etapa del embarazo, como consecuencia de la alteración del retorno venoso característico de esta etapa.
Las várices se pueden presentar de forma superficial o profunda. Deben ser evaluadas por un médico especialista quien indicará el tratamiento a seguir, según el tipo de várices que presentes. También, hará lo propio con los pasos a seguir para evitar la aparición de nuevas várices.
Te invito a que continúes leyendo este artículo sobre las várices, donde conocerás mucho más acerca de cómo prevenirlas antes de que sea muy tarde.
Prevención de Várices: ¿Qué son?
Las várices son venas dilatadas y agrandadas, también llamadas varicosas. Aparecen con mayor frecuencia en las piernas y se hacen visibles por su característico color azulado. Estas se evidencian por problemas de gravedad y debilitamiento de las paredes venosas.
Las venas ubicadas en los miembros inferiores poseen válvulas para evitar que la sangre que va subiendo se devuelva por efecto de su mismo peso. En ocasiones, resulta difícil hacer que la sangre vuelva de manera fluida al corazón, lo que ocasiona su estancamiento; así, la vena se encarga de dilatarse para hacer lugar en el vaso.
En los casos donde mejora el retorno venoso desaparece el aumento y la vena vuelve a la normalidad. Si persiste por mucho más tiempo, las válvulas dejan de funcionar, por lo que no se resolverá el problema.
Esto se puede ver fácilmente cuando se está por largo tiempo de pie y se camina con una postura erguida. Esta posición hace que aumente la presión en las venas en la parte inferior del cuerpo, dando origen a la aparición de las várices.
¿Qué las Causa?
La principal causa de la aparición de las varices es la debilidad o el daño de las válvulas. Estas se encargan de hacer circular la sangre hacia el corazón, si no funcionan de manera correcta la sangre se acumula en la vena, produciéndose la hinchazón.
La presencia de trombos o coágulos puede impedir la circulación y puede ocurrir posterior a largos periodos en cama.
Tipos de Várices
Las várices se pueden presentar de diferentes maneras: superficiales como las llamadas arañitas, o profundas que pueden generar sintomatología mayor. A continuación conocerás los tipos de varices que existen, las cuales se han clasificado en grados:
Grado I: en este grado las várices se ven muy finas. Son de color violáceo y pueden presentar de forma ocasional pesadez o cansancio en ambos miembros inferiores.
Grado II: aparecen los primeros síntomas de la enfermedad como dolor, cansancio, pesadez en las piernas, acompañado de sensación de hormigueo, calor y escozor. Las venas se hacen más visibles durante esta etapa.
Grado III: en este grado la dilatación de la vena es evidente y mucho mayor a la presentada en el grado II. Además, está acompañada de hinchazón, edema y cambios en la coloración de la piel.
Grado IV: aquí se hacen evidente zonas eczematosas acompañadas de úlceras, las cuales son difíciles de tratar, además de que se corre el riesgo de que se puedan infectar.
Prevención de Várices: ¿Cómo Pueden Evitarse?
La prevención de las várices es algo muy difícil de realizar; sin embargo, se puede mejorar la circulación y el tono muscular, disminuyendo el riesgo de padecerlas. Las medidas a seguir son las mismas que te recomendará el médico en la consulta médica al iniciar el tratamiento. Estas son:
- Practicar ejercicio o iniciar una caminata son excelentes para mantener la movilidad de las piernas. Con esto se evitará permanecer por muchas horas en una misma posición.
- Practicar un deporte que te guste y adecuado a tu contextura física puede ser nadar, correr, bailar o montar bicicleta. Todos mejoraran la circulación.
- Implementar una dieta rica en fibra, incluir el consumo de líquidos de 2 litros de agua al día, bajar el consumo de grasas saturadas como la mantequilla, las frituras o los embutidos.
- Debes usar zapatos cómodos, evita el uso de calzado de tacón y el plano.
- No se debe utilizar ropa apretada o fajas.
- Es una excelente recomendación masajear las piernas desde los pies hasta el muslo, siempre de forma ascendente.
- Es recomendable darse duchas frías en las piernas.
- Se recomienda elevar las piernas de 10 a 15 cm mientras descansas, con ello se mejora el retorno venoso.
- Se debe evitar la exposición al sol, la depilación con cera caliente e, incluso, el jacuzzi y saunas.
Prevención de Várices: Conoce los Síntomas
Los síntomas más comunes de la presencia de las várices son:
- Pesadez y cansancio en los miembros inferiores.
- Pueden estar acompañados en algunos casos de dolor.
- Pulsaciones.
- Ardor.
- Sensación de calor.
- Calambres musculares.
- Aumento de volumen en los miembros inferiores.
- Puede aparecer el dolor de fuerte intensidad posterior a permanecer por mucho tiempo sentado o de pie.
- Picazón.
- Cambio de coloración en la piel.
Prevención de Várices: Factores de Riesgo
Existen algunos factores que elevan el riesgo de que aparezcan las várices. Algunos de ellos son:
Antecedentes familiares: la presencia entre los familiares de várices es una condición de que se tiene el riesgo de padecerlas.
Edad: en la medida que aumentas la edad, también lo hace el riesgo de padecer várices producto del envejecimiento. Las paredes y las válvulas venosas se debilitan, lo que permite su aparición. Por lo general, comienzan a asomar en la adolescencia, se hacen notorias en la edad adulta y en la tercera edad es donde son más evidentes.
Sexo: las mujeres son más propensas a presentar várices debido a los cambios hormonales.
Embarazo: durante esta etapa aumenta el volumen de sangre en el cuerpo. Esto produce aumento de volumen en las piernas y dilatación de las venas. También, puede ocurrir por los cambios hormonales propios de este periodo.
Se debe tener en cuenta que la compresión del útero y el feto sobre las venas del abdomen durante el embarazo hacen difícil el retorno venoso en las piernas, aumentando aún más el riesgo de padecer varices.
Obesidad: el sobrepeso y la obesidad aumenta de forma significativa el riesgo a padecer de varices, ya que produce un efecto compresivo sobre el retorno venoso de las piernas.
Sedentarismo: el estilo de vida sedentario como el que llevan algunos profesionales, sin la práctica diaria de una actividad física y donde permanecen por muchas horas del día sentado o de pie en una posición fija, puede aumentar el riesgo de padecer de várices.
Además, permanecer por muchas horas en posición erguida sobre los pies aumenta la predisposición a que aparezcan las varices.
Anticonceptivos Hormonales: el uso de anticonceptivos causa aumento de la retención de líquidos, lo que puede dar origen a la aparición de las várices.
Complicaciones
Si las várices no son atendidas a tiempo, pueden complicarse y generar diferentes alteraciones como:
Úlceras: estas lesiones aparecen cercanas a las varices producto del rascado por picazon o alteraciones en la piel. Con frecuencia se ve en la cara interna del tobillo y en la pierna.
Al inicio, se presentan como una mancha clara, luego se hace dolorosa y muy difícil de tratar, aumentando el riesgo de sufrir una infección que puede llegar agravarse o complicarse.
Coágulos Sanguíneos: las venas profundas se dilatan en algunos casos, lo que produce dolor y aumento de volumen por la formación de coágulo sanguíneo, obstruyendo la libre circulación de la sangre lo que es conocido como una tromboflebitis.
Sangrado: las venas muy cercanas a la piel, en algunos casos, pueden explotar ocasionando sangrado. Esto se conoce como venas trombosadas.
Sangran porque no pueden soportar la presión y se rompen. Llegado a este punto, se trata de una urgencia médica que debe ser atendida de forma inmediata por personal médico.
Infecciones: el riesgo de padecer un proceso infeccioso existe por la presencia de lesiones producidas por el rascado de la piel o debido a la fragilidad de la misma.
Esta circunstancia permite el ingreso de gérmenes ocasionando la aparición de infecciones que deben ser tratadas de forma inmediata debido a que en muchos casos resultan resistentes al tratamiento farmacológico.
Esta zona se caracteriza por presentar dolor, inflamación, enrojecimiento y calor, pudiendo presentar supuración.
Diagnóstico y Prevención de Várices
El diagnóstico de esta patología es clínico. Se debe acudir al médico si se presenta alguno de los síntomas de esta enfermedad.
Con un examen físico a nivel de los miembros inferiores, el médico especialista en cirugía vascular visualizará la presencia de los síntomas de esta enfermedad. En caso que sea necesario, el médico solicitará una Ecografía o Eco Doppler venoso.
Este estudio es una técnica no invasiva y por medio de él se verá el funcionamiento de las válvulas venosas, si funcionan con normalidad o si existe algún coágulo sanguíneo en el interior del vaso.
Luego de los exámenes, el médico señalará la terapéutica que se puede implementar y el tratamiento a seguir para curarlas.
Tratamientos para la Prevención de Várices
Afortunadamente, existe una amplia variedad de tratamientos dentro de la fleboestética para tratar esta patología. El tratamiento de las varices se realiza de forma ambulatoria. Lo primero que te recomendará el médico es:
Cuidados Personales
- Practicar ejercicio diario
- Bajar de peso.
- Usar vestimenta adecuada holgada no ajustada al cuerpo.
- Elevar las piernas durante el día.
- Evitar en lo posible mantenerse en una misma posición por largos periodos de tiempo, bien sea sentado o parado.
Tratamiento Farmacológico para la Prevención de Várices
Para aliviar los síntomas, el médico también podrá prescribir al paciente fármacos venotónicos por vía oral como la Diosmina, Hodrosmina o Oxerutinas.
Uso de Medias Compresivas
Lo primero que se le sugiere al paciente es utilizar medias compresivas durante todo el día. Esta compresión firme ayuda a las venas y a los músculos de los miembros inferiores a movilizar la sangre de forma eficiente.
En casos más graves donde no se haya tenido respuesta, se le sugerirá al paciente que se realice los siguientes tratamientos:
Tratamiento con Láser
Consiste en utilizar ráfagas de luz sobre la vena para que desaparezca gradualmente. Es una técnica no invasiva y se emplea para cerrar las venas varicosas y las arañas vasculares.
Escleroterapia
Consiste en inyectar las venas varicosas pequeñas y medianas una sustancia o espuma que actúa como un cicatrizante debido a que cierra las venas. En poco tiempo se atenúa la várice. Esta técnica se realiza en el consultorio sin anestesia.
Escleroterapia con Espuma en las Venas Grandes
Este procedimiento es utilizado para cerrar las venas grandes.
Procedimientos Quirúrgicos
Flebectomía ambulatoria: el procedimiento es realizado por el médico de manera ambulatoria. Consiste en extraer las venas a través de unos pequeños orificios en la piel. Las cicatrices posterior al procedimiento son muy pequeñas.
Ligadura alta y extirpación de la vena: este procedimiento se realiza atando una vena antes de que se adhiera a una vena profunda, de esta manera se extrae a través de incisiones muy pequeñas. Es un procedimiento ambulatorio.
Cirugía endoscópica de venas: esta técnica se pone en práctica si fracasan las descritas anteriormente. El cirujano realizará el procedimiento a través de una videocámara delgada, la cual se inserta en la pierna para de esta manera visualizar y cerrar las várices.
Conclusión
El cuidado de las várices una vez que aparezcan los síntomas debe ser indicado por el médico. Luego del examen físico y clínico, el especialista hará el diagnóstico e indicará las medidas preventivas a seguir para evitar el desarrollo de la enfermedad, además de la aparición de complicaciones.
Los factores de riesgo como la edad, sexo, sedentarismo y la obesidad actúan de forma negativa en la circulación, por lo que es importante implementar medidas preventivas ante la presencia de várices nuevas, así como también para controlar las ya existentes.
El diagnóstico preciso además de la implementación de la terapéutica adecuada, mejorarán los síntomas y evitará complicaciones.
La consulta médica es importante para evitar el avance de la enfermedad.
Si te gustó este artículo, también te puede interesar:
Cómo Tratar las Varices en el Gabinete de Estética
Fleboestética: Decir Adiós a las Varices de Forma Segura y Oportuna
Profhilo: Tratamiento Facial con Efecto Rejuvenecedor
Colágeno: ¿Qué es y Cómo Beneficia a la Piel?
Vela Smooth: Lo que Debes Saber para Reafirmar y Reducir Medidas